martes, 3 de noviembre de 2015

Embarazo y Sexualidad I

El binomio SEXUALIDAD - EMBARAZO, para muchas parejas no existe. Son muchos los miedos y mitos asociados a la sexualidad durante la etapa de gestación.

En primer lugar, aclarar que  durante el embarazo no hay inconveniente en mantener relaciones sexuales, no debe existir miedo por dañar al bebé. Salvo indicación médica, puede seguir siendo como siempre.




Los meses posteriores a la noticia del embarazo, hablamos de los 3-4 meses, las relaciones sexuales pueden verse condicionadas por las sensaciones de las últimos encuentros. Si había nervios, impaciencia y ganas de conseguir el embarazo, al conseguirlo ambos se pueden relajar y dedicándose más a disfrutar, que si la pareja presentaba una actitud activa ante el embarazo pero sin prisa.

Lejos de cómo pueden verse afectadas las relaciones sexuales por los motivos anteriormente descritos, si lo pueden hacer por otras consecuencias derivadas del embarazo tales como; cansancio, nauseas, fatiga, vómitos o miedo por el poco tiempo de gestación. Aunque la realidad es que si el embarazo transcurre de manera normal no hay riesgos a evitar.

Pasados los 3-4 meses el embarazo está más consolidado, suelen desaparecer los miedos asociados a la fragilidad del embarazo y algunas de las molestias (nauseas, fatiga, etc.). Aún la tripa no es muy grande y permite el movimiento con normalidad. Es cierto que en este segundo trimestre se empiezan a notar los movimientos del bebé, las pataditas, etc., y la madre toma aún más consciencia de su presencia. Esto hace que haya madres que se preocupen por su salud y que vuelvan a pensar en si hacer el amor pueda afectarle de alguna manera. Pero reitero, si el médico o ginecólogo nos dice que todo va bien, sigue siendo seguro.

En los últimos meses (7-9) de embarazo es en el que el sexo parece ser más complicado, sobretodo una cuestión física. La tripa tiene ya un tamaño considerable además de cansancio y pesadez de la futura madre. A la hora de elegir la posición conviene buscar una en la que ambos estén cómodos. Las posiciones más favorables y cómodas son aquellas en las que la barriga no choque con el hombre, es decir, estando la mujer encima del hombre o de espaldas a él, ya sea tumbada o a cuatro patas.

Durante la relación sexual, así como durante el orgasmo de la mujer, no se va a dañar al pequeño, ya que está protegido por el líquido amniótico y por la pared muscular del útero.El bebé está totalmente aislado del exterior (el tapón mucoso cierra la entrada del útero).

Si observamos en todos los meses de embarazo hablamos de penetración durante una relación sexual y los miedos asociados a esta práctica. Pero quiero dejar bien claro, que una relación sexual no es igual a penetración. Es decir, se puede disfrutar de relaciones sexuales satisfactorias sin la presencia de penetración. Erotizar los sentidos (caricias, sonidos, besos, olores, etc), recurrir a masturbación y sexo oral, también forman parte del sexo.

Por lo que, si una pareja no termina de gestionar bien sus miedos asociados a la penetración durante el embarazo, no pasa nada. No hay que exigirse, ni sentirse distinto. Se recurre a otras prácticas placenteras. El objetivo es disfrutar del encuentro con la pareja y obtener los beneficios que se derivan de ello. De estos hablaremos en la próxima entrada

RB Psicología & Sexología
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1 comentario:

  1. Genial el post! Aunque puede parecer absurdo, haces un análisis claro y muy acertado de la relación de la pareja durante eso que llaman "dulce espera"... Que evidentemente puede ser dulce y divertida 😉!!!

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