viernes, 20 de noviembre de 2015

ESCLAVOS DE LOS PENSAMIENTOS



Las vivencias y experiencias dolorosas, las preocupaciones diarias, y el hecho de que las cosas no nos salgan como nosotros queremos, son motivos suficientes para desencadenar pensamientos de carácter obsesivo.

Reflexionar sobre todo aquello que nos sucede es normal. Pensamientos que van y viene, e intentamos apaciguar esa preocupación meditando acerca de los problemas y sus posibles soluciones.

Revivir una y otra vez ese dolor o esa preocupación puede provocar que nuestra tristeza, nuestra frustración y nuestra angustia se vean acentuadas. Haciendo que lo que eran simples pensamientos, ahora son una obsesión llegando a limitar las demás parcelas de nuestra vida.

En vez de exteriorizar aquello que nos preocupa o nos hace daño, preferimos rumiar esos pensamientos, llegando a ocupar nuestra mente en ello cuando realizamos cualquier otra actividad diaria, como por ejemplo ir a comprar, hacer las faenas del hogar, cuando trabajamos, etc.

¿QUÉ OCURRE CUANDO UN PENSAMIENTO NO LO SACAMOS DE NUESTRA MENTE?
- Nuestra angustia psicoemocional aumenta, derivándose en trastornos psicopatológicos como pueden ser la afectación del estado de ánimo (ansiedad, depresión, etc.).

- En la mayoría de los casos, aumenta el miedo a ese pensamiento, convirtiéndolo en más grave que en su inicio.

- Distorsionar otras áreas de nuestra vida.

- Nos perjudica a la hora de desenvolvernos en las demás parcelas de nuestra vida debido a que tendremos una percepción distorsionada de todo lo que nos rodea. Una visión del mundo que nace del dolor que hemos experimentado y que somos incapaces de abandonar ni superar.

- Podemos llegar a aplazar otros problemas vitales. Si no hemos podido superar los antiguos problemas difícilmente podemos hacer frente a nuevas dificultades. Nuestra mente estará ocupada aun en los problemas del pasado.
Una prolongación de estos pensamientos puede acarrear ciertos problemas fisiológicos debido a una enorme sensibilidad hacia el estrés, como puede ser problemas de tipo digestivo, cardiovasculares, aparición de migrañas, problemas musculares, etc…

- Los pensamientos negativos casi inconscientes que nos asaltan a cada momento, no solo nos hacen sentir mal emocionalmente, sino que está comprobado que también pueden originar enfermedades psicosomáticas y reducir nuestras defensas. Por lo que hay que tener presente la enorme importancia de parar esa vorágine destructiva que tenemos todos los seres humanos en mayor o menor medida.

- Un pensamiento rumiante puede llegar a destrozarnos la vida.


Romper con esos pensamientos rumiantes u obsesivos

La mejor forma de romper con esos pensamientos rumiantes es distraerse de tal modo que centremos toda nuestra atención en nuevos estímulos más gratificantes. Realizando actividades alejadas de esos pensamientos evitaremos la reflexión acerca de aquello que nos atormenta y nos bloquea.

Cortar la cadena de pensamiento que le siguen a ese primer pensamiento que nos asalta continuamente. 

Otra manera de evitar llegar pensar de forma obsesiva es exteriorizar aquello que nos preocupa o nos ha causado dolor. Podemos hablar de ello con personas cercanas y de confianza.

Acudir a un profesional si esa "obsesión/es" están deteriorando nuestra vida así como para paliar síntomas. 

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PSICÓLOGO CÓRDOBA

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Inteligencia Emocional

Empezar el entrenamiento de la inteligencia emocional, pronto formará parte de nuestro repertorio de habilidades personales.



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miércoles, 4 de noviembre de 2015

Embarazo y Sexualidad II

Aclarada la idea de que tener sexo durante el embarazo puede dañar al bebe, pensar que se pueda acelerar el parto y/o provocar alguna irritación o daño irreparable, vamos a abordar otros puntos relacionados con el tema. 

Un embarazo, sobre todo primerizo, conlleva muchos cambios y novedades, puede generar cierta inquietud y ansiedad entre los futuros padres. El estado de ánimo, así como el vínculo de la pareja serán beneficios también para el desarrollo del bebé.


Es cierto que debido a la gran "revolución hormonal" que sufre la madre durante el embarazo, pueden darse dos situaciones. Mayor apetencia sexual sobre todo a partir del segundo trimestre, en ocasiones no experimentada hasta ahora, debido a que los niveles de hormonas como la progesterona y el estrógeno que circulan por el cuerpo de la mujer aumentan de forma considerable. O por el contrario, encontrarse con el deseo inhibido. Ambas situaciones son respetables y precisan de empatía y comprensión por parte de la pareja. 






En la entrada de hoy vamos a hablar de los beneficios de tener sexo durante el embarazo.


LIBRARNOS DE LA TENSIÓN: El sexo es un buen aliado para liberar las tensiones que en muchas ocasiones genera el embarazo en los padres. Después de disfrutar de un encuentro con la pareja, con estímulos placenteros y orgasmo, se va a disfrutar de sensaciones de relajación y bienestar.


PREPARACIÓN AL PARTO: Los músculos vaginales se van preparando para las contracciones y dilataciones propias del momento del parto. Con las relaciones sexuales se ven beneficiados, sobre todo con las contracciones uterinas durante el orgasmo.


PARA EL BEBÉ:  El bebé ni ve ni tendrá conciencia lo que pasa mientras tenéis sexo. Lo que sí se transmite es la sensación de bienestar y alegría provocadas por las endorfinas que se generan tras el placer físico, lo que le es de un gran beneficio para él.


MÁS SENSIBILIDAD: Debido a que la zona genital está tiene mayor irrigación sanguínea, favorece la sensibilidad, pudiendo favorecer el orgasmo así como disfrutar de sensaciones hasta ahora desconocidas. También es posible observar mayor secreción vaginal, mayor lubricación natural.
Es posible que descubra que la intensidad de sus orgasmos es mucho mayor y la sensación de placer dura más. De hecho, los labios menores pueden continuar hinchados hasta dos horas pasado el orgasmo.



AUTOESTIMA: Durante el embarazo el cuerpo de la mujer cambios, en ocasiones muy bien llevados, pero en otras algunos de ellos no son bien recibidos para la mujer, sintiéndose poco atractiva o deseada. Una encuentro sexual con la pareja ayuda a reforzar vínculos entre ambos.


SIN ANTICONCEPCIÓN: El miedo a sufrir un embarazo no existe, ya que el bebé está en camino. Por ello, mujeres que no disfrutan de su sexualidad de manera relajada, abandonada a las sensaciones, consiguen hacerlo cuando no existe el riesgo de sufrir un embarazo no deseado. Pero ello no quiere decir, que en ninguno de los casos haya que usar PRESERVATIVO. De este tema tratará la siguiente entrada. 



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martes, 3 de noviembre de 2015

Embarazo y Sexualidad I

El binomio SEXUALIDAD - EMBARAZO, para muchas parejas no existe. Son muchos los miedos y mitos asociados a la sexualidad durante la etapa de gestación.

En primer lugar, aclarar que  durante el embarazo no hay inconveniente en mantener relaciones sexuales, no debe existir miedo por dañar al bebé. Salvo indicación médica, puede seguir siendo como siempre.




Los meses posteriores a la noticia del embarazo, hablamos de los 3-4 meses, las relaciones sexuales pueden verse condicionadas por las sensaciones de las últimos encuentros. Si había nervios, impaciencia y ganas de conseguir el embarazo, al conseguirlo ambos se pueden relajar y dedicándose más a disfrutar, que si la pareja presentaba una actitud activa ante el embarazo pero sin prisa.

Lejos de cómo pueden verse afectadas las relaciones sexuales por los motivos anteriormente descritos, si lo pueden hacer por otras consecuencias derivadas del embarazo tales como; cansancio, nauseas, fatiga, vómitos o miedo por el poco tiempo de gestación. Aunque la realidad es que si el embarazo transcurre de manera normal no hay riesgos a evitar.

Pasados los 3-4 meses el embarazo está más consolidado, suelen desaparecer los miedos asociados a la fragilidad del embarazo y algunas de las molestias (nauseas, fatiga, etc.). Aún la tripa no es muy grande y permite el movimiento con normalidad. Es cierto que en este segundo trimestre se empiezan a notar los movimientos del bebé, las pataditas, etc., y la madre toma aún más consciencia de su presencia. Esto hace que haya madres que se preocupen por su salud y que vuelvan a pensar en si hacer el amor pueda afectarle de alguna manera. Pero reitero, si el médico o ginecólogo nos dice que todo va bien, sigue siendo seguro.

En los últimos meses (7-9) de embarazo es en el que el sexo parece ser más complicado, sobretodo una cuestión física. La tripa tiene ya un tamaño considerable además de cansancio y pesadez de la futura madre. A la hora de elegir la posición conviene buscar una en la que ambos estén cómodos. Las posiciones más favorables y cómodas son aquellas en las que la barriga no choque con el hombre, es decir, estando la mujer encima del hombre o de espaldas a él, ya sea tumbada o a cuatro patas.

Durante la relación sexual, así como durante el orgasmo de la mujer, no se va a dañar al pequeño, ya que está protegido por el líquido amniótico y por la pared muscular del útero.El bebé está totalmente aislado del exterior (el tapón mucoso cierra la entrada del útero).

Si observamos en todos los meses de embarazo hablamos de penetración durante una relación sexual y los miedos asociados a esta práctica. Pero quiero dejar bien claro, que una relación sexual no es igual a penetración. Es decir, se puede disfrutar de relaciones sexuales satisfactorias sin la presencia de penetración. Erotizar los sentidos (caricias, sonidos, besos, olores, etc), recurrir a masturbación y sexo oral, también forman parte del sexo.

Por lo que, si una pareja no termina de gestionar bien sus miedos asociados a la penetración durante el embarazo, no pasa nada. No hay que exigirse, ni sentirse distinto. Se recurre a otras prácticas placenteras. El objetivo es disfrutar del encuentro con la pareja y obtener los beneficios que se derivan de ello. De estos hablaremos en la próxima entrada

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